martes, 27 de diciembre de 2011



linda
como un almohadón
suave
como una oveja
fresca
como una albahaca
contenta
como una nena
salvaje
como una espátula
volada
como una paloma
rica
como una morcilla vasca

Por, Alejandro Rozitchner

sábado, 24 de diciembre de 2011

En cada hora

Y en cada hora, cada momento de la vida
Se pueden ver los  recuerdos futuros construyéndose
En cada médano de verano se aparecen 
Las huellas de nuestros cuerpos vivos
Vagos humos del pasado que se quedan quietos en el tiempo para siempre

Los recuerdos se revuelcan, se entrecruzan, se confunden, se matan por sobrevivir
Cielo azul, cielo rosa y cielo negro, así de quieto se sucede todo
Vemos gente joven y gente vieja, pero nunca vemos envejecer...(nota el filósofo)
Se vuelven sobre nosotros ahora los caminos no tomados, libremente.

Nos miran, y el pasar de nuestros torpes pies, nos revelan lo imposible:
Volver el tiempo atrás, ser mejores de lo que hemos sido
Aterrizar en otros mundos para remediarlo todo

Se multiplican los cuerpos en la estupidez de los espejos
Y nos quedamos solos como extraños sin sentido
Que,como el mar, siempre estamos empezando

El devenir del tiempo, mis paraísos perdidos, muestro cuerpo malherido
La nostalgia de saberte imposible
El olor  de tu cabeza al viento, pelo rubio de verdad.

Por Agustín A. Sastre

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Neblina


¿Si tan solo me dijeras que pasará después?
Si pudieras adelantarme un capítulo del cuento,
todo se volvería conocido, predecible y perfecto.
Si supiera cuando te irás, cuándo me dejarás,
todo sería mágico y más fácil.
Esa sábana negra que cubre el futuro
Impide que nos relajemos, evita que nos quedemos.
Es una carrera de la cual no quiero participar
pero aquí estoy con la pechera y a punto de actuar.
Siento pánico e intranquilidad.
No sé qué vendrá.
Veo el próximo árbol,
veo la estación de servicio en el camino
Pero no puedo vislumbrar más allá.
Siento impotencia pero no disminuyo la velocidad.

Por, Agustina Dalmases 

martes, 29 de noviembre de 2011

Sueño con Jamaica



Comparto con ustedes esta declaración de principios, para reclamar de mi mas alegría.


Sueño con Jamaica



Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica.
La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica.
Sueño con Jamaica. Jamaica es una isla (no sé por qué os lo cuento, si ya lo sabéis); Jamaica es una isla primitiva, anárquica y bellísima, con casas de hojalata que desembocan en largas playas de arena fina y blanca. En Jamaica todo está por hacer, y uno puede vivir con la esperanza en la punta de los dedos, pensando que todo es aún posible y que el futuro existe. Y las gentes son sencillas, y sus sentimientos, espontáneos y directos, y hasta los asesinos son capaces de explicar lo que hacen sin recurrir a teorías sociológicas o sesudos estudios de mercado: matan –ya veis, qué cosas–, y matan porque odian y porque aman, y eso es todo, y nadie le da más vueltas.
En Jamaica, el tiempo no cuenta apenas nada. La gente es tranquila e impuntual, y muy pocos son los que admiten que les impongan una cita: ellos quedan y, al final, aparecen, pero no miran el reloj ni se preocupan por horarios.
Sueño con Jamaica, y en la Jamaica en la que yo sueño nadie se levanta la voz, y el ruido es sólo algarabía callejera, y los policías no dan miedo, aunque asusten un poco con los ruidosos piropos que lanzan a las muchachas que circulan en bicicleta y a las que el aire levanta sus faldas de mil colores.
Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.
Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así.
Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros.
Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi distancia ante lo que veo: calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica para reclamar de mí más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo, que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto.
Jamaica o muerte. Venceremos.
Javier OrtizJamaica o muerte. Publicado en El Mundo el 29 de diciembre de 1993.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Alejandra Leonor Parra y haciendo cuentas



Haciendo cuentas:
Me falta el hijo
los acordes de ayer
Me falta la cena del viento
aquel castillo en la costa
Me faltan las rodillas
de este cuerpo arqueado
Me faltan los recuerdos del te fuiste

el vestido que usar para volverte

Haciendo cuentas:
sobro





Por, Alejandra Leonor Parra ( poema publicado en poesía City Bell de José María Pallaoro)

sábado, 26 de noviembre de 2011

Problemas



Cuando aquella chica abandonó el vagón del metro, vi caer algo del interior del libro que llevaba en la mano. Al principio me pareció un señalador, pero al agacharme vi que se trataba de un personaje que guardé en el bolsillo con un poco de vergüenza, la verdad, pues los viajeros me miraban con gesto de censura, o con expresión de asco, como si hubiera cogido una cucaracha del suelo. Me bajé en la siguiente estación, aunque no era la mía, e hice el resto del camino andando. Ya en la oficina, coloqué al personaje sobre la mesa y vi que era un individuo verdoso, con un traje raído y una corbata cuyo nudo parecía fosilizado, como si llevara años quitándosela y poniéndosela sin deshacerlo. No había forma, en fin, de adivinar a simple vista de qué novela se había caído, y yo no había visto el título, pues la chica llevaba el libro forrado.
Al día siguiente guardé al personaje en el bolsillo con la confianza de encontrar a la chica y devolvérselo. Pero no apareció. Durante una semana ensayé a coger el metro un poco antes o un poco después sin ningún resultado. Finalmente, pregunté al personaje de qué clase de novela había salido y me confesó que no pertenecía a una novela, sino a un libro de gestión empresarial editado por una congregación religiosa. "Y no quiero regresar de ningún modo a ese libro", añadió. No se había caído, pues, sino que se había arrojado de cabeza huyendo de los números o quizá de la teología. Me pidió que lo abandonara dentro de una novela cualquiera con tal de que no fuera de terror, pues ese género lo conocía suficientemente a través de la contabilidad.
Ese día, a la hora de comer, me acerqué a una librería y hojeé las novedades. Como se trataba de un personaje joven, me pareció que estaría bien abandonarlo dentro de una novela larga, con mucho argumento y un final feliz. Así lo hice, comprobando en sucesivas visitas que se había integrado en la historia perfectamente. Ayer volví a tropezar con la chica en el metro. Llevaba otro libro, también forrado, del que en un descuido se arrojaron al suelo cuatro personajes espantados. Pero esta vez hice como que no los veía. Bastantes problemas de colocación tiene uno consigo mismo.



Juan José Millás, Por Tomás Fournes

jueves, 24 de noviembre de 2011

Mi mundo cliché


Quiero vivir donde nadie me ve
y que coincidan mis contradicciones para siempre,
 en mi mundo cliché.
Quiero bañarme en sol y callarme,
que vuelvan a hablar mis canciones
porque a ellas nadie les responde.

Ahora que grito y no me escuchan,
recuerdo cuando mis secretos aturdían.
Si ya pasó es porque nunca existió.

Mientras mis ojos vuelan
en dirección al sol,
tu mirada me ve con ironía.
Diferenciarse siempre, suele ser muy poco original.

Y así fui al frente con un doble par.
Todo llega y, de esperar, todo se va.
Cuando me crean empezaré a mentir.
Si va a tardar prefiero no esperar,
fingí mi muerte para verte llorar,
y cuando te tuve ya no te quise más.

Mientras mis ojos vuelan
en dirección al sol,
tu mirada me ve con ironía.
Diferenciarse siempre, siempre es muy poco original.

Por, Diego G. Silva

lunes, 21 de noviembre de 2011

Tuyu, tuyu...japi berdei tuyu


Un año mas, un año mas viejo, un año mas sabio, un año en el que en la víspera afloran las sensaciones de siempre, un proceso que, al igual que la Luna, se repite con todas sus fases: cuando arranca el mes, la pregunta familiar incómoda: “que vas a hacer para tu cumple??”. Después, una semana antes del día señalado empieza la ebullición interna, el malestar, la angustia, la ansiedad, las palpitaciones, el desgano para organizar y la escasez de ideas. Sin embargo, llegado el día, euforia, felicidad, ansiedad (nuevamente), llamados telefónicos, saludos de facebook y mensajes de texto, todas variables explicativas de un modelo, que aumentan exponencialmente la variable explicada, la Y, denominada “ganas de festejar”, a medida que se suceden. Claro, para esa altura no organice absolutamente nada e improviso una reunión armada con llamados de ultima hora, comida delivery, poco espacio y lamentaciones porque de los que llamé, la mayoría ya estaban comprometidos para esa noche. A pesar de todo, asisten los mismos 10/15 de siempre, los mas cercanos, los que están llueva o truene, los que aprendieron a leer y escribir conmigo (aunque algunos todavía usen indistintamente la b y la v), en definitiva, con los que mejor la paso. Al día siguiente, me despierto contento, descubriendo que la pase muy bien pero con el sinsabor de que, de haber organizado con tiempo podría haberlo pasado mejor e invitado a más gente. El año que viene…juro.
Este año 2011, el proceso se manifestó exactamente igual que siempre, prometiendo repetir todas sus fases, como en una gripe, no obstante la pregunta indiscreta de comienzos de noviembre hizo sonar una alarma interna, primer llamado para el vuelo de las 21:30 hs del 19/11. Enquilombado con la facultad (si ponia laburo no me iban a creer) no le di mucha importancia y seguí con la rutina. El lunes 14 comenzó la segunda fase, la sensación rara afloraba y las burbujas de ansiedad y angustia rompían su primer hervor. Apague la hornalla, inhalé fuerte y me dispuse a planificar mi cumpleaños. Ya lo se, 6 días de anticipación no es un gran lapso de tiempo y menos si se trata de organizar un evento para 50 personas, pero a mi me parecían una eternidad, como el par de horas entre pucho y pucho del adicto al cigarrillo.

Me armé de coraje y salí a hacer las compras, odio ir al supermercado. La polaca, compañera incansable de todas mis aventuras y desventuras, me ayudo con la organización y cocino un par de cosas. Mis viejos como siempre, se desvivieron por mi bienestar, me prestaron su casa y me regalaron toda su ansiedad en formato de llamados telefónicos con propuestas voluntariosas disímiles donde abundaba el trabajo forzoso. Gus, mi hermano, me regaló una pata de cerdo la cual me ayudó a filetear y servir y Meche, su mujer, me preparó una exquisita tarta de manzana que luego se olvidó en la heladera de su casa.

La lluvia del sábado por la tarde me jugó una mala pasada y pulverizó el laburo de más de dos horas del viernes, cuando habíamos preparado todo para festejar afuera. Acomodamos todo como pudimos en el diez por ciento del tiempo del día anterior. Enseguida, empezaron a llegar los invitados, se acomodaron en el living y tímidamente se dispusieron a comer, tomar y charlar. A partir de allí me relaje y en adelante disfrute de mi fiesta, maximizando la ecuación de mi modelo. Inclusive me anime a improvisar unas palabras antes del “cumpleaños feliz” y de soplar las velitas con mis sobrinos.

Es por ello, que lo que sigue son palabras de agradecimiento en mi cumpleaños numero 23… eh, digo 32, para todos los que lo hicieron posible. A tales fines, me tome el atrevimiento de agruparlos en categorías:

1) los presentes: gracias por su presencia, valga la redundancia,  por ponerle onda, gracias por los regalos y por quedarse hasta bien entrado el domingo. Gracias gordo Camino que viniste desde Haedo.

2) los ausentes: una pena que no pudieron venir, me hubiese gustado que estén. Muchas gracias por los saludos, pensé en ustedes durante el cumple.

3) Gastón Gabriel alias el “Toro”: sos tan grande, magnánimo, que no pude incluirte en una categoría junto a otros. Hubiese sido una falta de respeto hacia tu persona. Vos, SOS una categoría. Si los ausentes estuvieron de a ratos en mi pensamiento el sábado, vos estuviste toda la noche, del comienzo al final de la misma. Inclusive, te las ingeniaste para colarte en mis pensamientos ayer domingo, después que me levanté. Me ilusionaste con tu mail del sábado: “... Voy con Pili y Lau ...abrazoooo, G.G.D.B., Sat, 19 Nov 2011 11:06:26 -0300", fuiste tema de conversación durante la reunión (lo lograste una vez más), preocupaste a los invitados (todos preguntaban por vos). Quería que vinieras, pero en un momento de la noche, luego de soplar las velitas y disponerme a comer mi porción de pastel de cumpleaños mi mente hizo un clic y se iluminó…reflexioné y desee: “por favor que no venga, si viene, su presencia lo haría mundano, terrenal, al alcance de los simples mortales, uno mas de los que integramos esta reunión, el Superman de Superman II que renuncia a sus poderes por el amor de Luisa Lane, muy romántico, pero triste y decadente a la vez...desilusionador”. Tuve miedo, como aquel chico que se entera justo en la víspera de navidad que papa noel son los padres, que el pasto y el agua juntados para los camellos en la noche del 5 de enero, los tira al carajo tu viejo que se levanta en calzones trasnochado y rascándose el culo en la madrugada del 6. Pero por suerte, no rompiste el hechizo, mantuviste el halo de misterio que envuelve a tu persona. Jinete de la bruma, el misterio y la confusión, cabalgaste una vez más en tu última cruzada, al frente de nuestro escuadrón, alimentando la leyenda. Simplemente gracias maestro!!!!

Voy concluyendo el relato contándoles que la pase espectacular, me divertí muchísimo, hable con todo el mundo, comí poco y tome mucho, me reí a carcajadas, llore de la risa, en conclusión: me hicieron muy feliz!!!

Finalmente, cumplo con el deber de renovar mi juramento de cada año, el del día posterior a mi cumpleaños, el que cierra la última fase del proceso, pero esta vez sabiendo que la felicidad plena y la alegría de la planificación, le ganaron la pulseada al sinsabor de la improvisación.

Por, Jorge A. Pérez Villar (The Boy)

Lo escribi especialmente para vos, Agus, no queria fallarte. Gracias por tenerme en cuenta en los primeros pasos de este lindo proyecto que armaste.
Ojala enriquezca tu blog.
Es lo primero que escribo en mi vida, nunca antes habia escrito, 
Espero te guste,  
abrazo grande
 
Che, acabo de leer el texto, me encanto, eso era lo que buscaba, que me muestres tu corazon. Mil gracias amigo, en serio.
Abrazo, te paso el link, ya esta publicado  http://todossomosescritoresas.blogspot.com/

domingo, 20 de noviembre de 2011

Seymour Glass



Para los fieles, los pacientes, los herméticamente puros, todas las cosas importantes de este mundo - no la vida y la muerte, quizá, que solo son palabras, sino las cosas importantes- llegan a realizarse hermosamente.


J.D. Salinger

Te Felicito Loco


Cancha barrosa en Gonnet, eran las 10 de la mañana y el frío cruzaba las costillas y dejaba estalactitas.Los muchachos se habían acostado a la hora necesaria para recuperarse y jugar al fútbol, 17 o 16 añitos, calculá.El equipo de en frente veía un ballet amateur, digno del " En cualquier momento ganamos, o los últimos 15 minutos los matamos fisicamente. La cuestión que llega el primero, el gol, Un centro de Lucho y el 3 nuestro mete la canillera en el primer palo y empuja a la red el comienzo de la victoria.No recuerdo el resultado, creo que se ganó 2 a 0, pero no se olvida el caño del 5 nuestro, El Longaniza, en mitad de cancha, sigue la jugada, se abre la pelota, y termina en córner nuestro. Mientras se ejecutaba el córner, la victima del caño se acerca al 5 y le dice, digno el hombre..." TE FELICITO LOCO".

Por, Javier Curcio.

Muchas Gracias Javi. Que recuerdito sacaste de la galera, Increible!!! Abrazo

lunes, 14 de noviembre de 2011

Pablo



  •  Un Libro, Siddhartha, de Hermann Hesse, siempre me gusto.(http://www.opuslibros.org/Siddharta.pdf)
  •  Una película , por supuesto que Zelig, de Woody Allen, difícil de encontrar en cable , es un material increíble. (http://www.cuevana.tv/peliculas/2517/zelig/)
  • Un lugar para viajar , todos, jamás deberías volver al lugar donde fuiste feliz.
  • Un tema, muchos , te tiro 2 ,uno viejito Lets Stay Together de Al Green (http://www.youtube.com/watch?v=fPqvVU90Rdk) y uno actual Red Hot Chilli Peppers - The Adventures of Rain Dance Maggie (http://www.youtube.com/watch?v=RtBbinpK5XI)
  •  Una Frase: "En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste" G.M.
Gracias Pablito!!! De Hermann Hesse me acuerdo que en una navidad, le conté a mi Tío Horacio ( capaz que te lo acordas de algun cumple, un capo total, hoy ya muerto), que estaba leyendo Demian, y mirando al cielo, pero mas que nada a si mismo, me recitó de memoria:
"Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mi, porque había de serme tan difícil" 
Y bueno, a mi me pareció que mi Tío estaba loco , y que era muy raro que tenga tan presente esa frase, y  le pregunté ( iluso) si también lo estaba leyendo al libro en ese momento, y me dijo que no, que lo había leído hace mas de treinta años.
Eso hacen los grandes escritores.



Por, Pablo Obregón

martes, 8 de noviembre de 2011

Cumplir años



Cumplir años significa, entre otras cosas, ser un poco más viejo. Es también seguir con vida, no estar muerto, seguir teniendo caminos que transitar, deseos que cumplir, ilusiones que realizar. Significa compartir un momento con los que están mas cerca de nuestro corazón.


Significa también sentir de un modo directo la posición que uno ocupa entre los suyos, un corte vivencial y arbitrario que nos inclina a pensar y tratar de ser mejores. Es un acontecimiento que nos enfrenta ante la realidad afectiva que nos merecemos, que forjamos, que día a día hemos construido.


Cumplir años es un día que debiera ser alegre pero que a veces a muchos nos encuentra pensativos, ejerciendo reproches sobre nuestra alma, repasando que pudimos ser mejores en distintos ámbitos y cuestiones.


Cumplir años es un día especial, que nos inclina a pensar en el camino no tomado, en el peso de nuestras elecciones, lo que somos para los demás, y el lugar que ocupamos.


Cumplir años es un día que, a pesar de hacernos un poco más viejos, nos arroja un fuerte impulso de vida, un día sin lugar para los débiles. Todo eso que se diluye entre las actividades de los días normales nos es arrojado ante nuestra cara sin piedad en este día que no admite evasiones ni alturas solitarias: un día delator.


Cumplir años es un motivo de festejo desordenado, conflictivo, con sentimientos que se reparten entre alegrías y presencias queridas; pero también, muchas veces, poblado de ausencias que no entendemos.


Cumplir años es avanzar en el camino de la vida, aunque muchas veces sigamos en el mismo lugar, detenidos, pensando equivocadamente que tenemos mucho que perder, viviendo cada dia olvidando el deber que tenemos de ser felices.


Cumplir años es, finalmente, darse cuenta de una manera terrible de que, a medida que pasan los años, mas necesitamos de las personas que conocimos cuando eramos jóvenes.



Por, Agustín A. Sastre

Santo Diego



“Qué difícil se me hace…” entona un afeminado Alejandro Lerner…y parece que al Santo le costo y mucho vencer una doble línea de 5 que propuso su rival… “Si no es del Niño, NO VALE” parece decir un trapo colgado sobre los alrededores del Campo Nº3…allá donde el Santo sello su 3º triunfo al hilo, luego de trabajosa victoria por 2 a 0.  3 presentaciones, 3 victorias…9 puntos sobre 9…valla invicta…8 a favor…Yo que llegué a soñar con un buen comienzo…hasta los sueños quedaron cortos…Aquí las calificaciones pera por pera:
Seba “Pulpo” Esteves (9): parece que el patagónico tiene 8 brazos, cada mano una ventosa a la que la caprichosa se acurruca como un niño en su cuna…qué momento para El Uno. Incontables minutos sin goles en contra…tapadas multiples, vuela cual colibrí hacia los nectares…Y no me guardo elogios por que sé que no lo quemo “ni en una hoguera”…
Max “aire comprimido” (6): sólido, firme en la marca aunque abusó del barandazo…debe medir el  cañón que tiene en la derecha, ese mismo que afinado nos dio tantas alegrias…estuvo cerca de marcar aunque marró sobre la línea..
Nico “Rulero” Casal (7): la redacción propone copiar y pegar su  informe semanal…la regularidad de este pibe es llamativa y aburrida a la vez…Mandate una cagada!
Ariel “Petardo” Lias (6): bien x el pitufo en la marca aunque no gravitó en el ataque…si el ridiculo rolinga que jugaba x su lado llegaba a complicarlo era para suspenderlo hasta nuevo aviso.
Diego “Rabina” Rios (6) : va a todas, valorable su esfuerzo y su garra…su nuevo calzado lo salpica de cierta elegancia futbolistica…que se desvanece al tocar el balón…
Martín “Tren” Balati (8): buen despliegue con vuelta al gol…es cierto, ninguno de sus goles son vistosos pero el “Paul Scols” del Santo se las ingenia para darle con la “caniggia” para facturar…
Seba “El Ogro” Yantorno (6): corrió mucho aunque sintio la falta del 10 para la descarga con los de arriba…
Martín “Relámpago” Yantorno: quien escribe carece de objetividad para la crítica sagaz, aunque la gente tribunera, muy tinellizada, gritó: diez!! diez!! diez!!
Dardo “Esparrago” Rocha (7): gran cotejo para el delgado marcador central…lo único que empañó su tarde fue el arrugue final frente al trabado rival….Cesar Masetti…
Caño “Orteguita” Barklay (7) otro con nivel en alza…aunque anduvo mucho por el piso…muy golpeado pero con dotes actorales…el lampiño hizo recordar a los saltos de Ortega…Sanchez.
Niño “Asesino” Mata (8): tiene una y te liquida, letal…infalible…metió gambeta embaldosada y definio picandola 3 dedales a lo Chelo Delgado ante el infértil esfuerzo del  portero…ya lo dije…no tiene techo…

Los que entraron…
Mauro “Guante” Lauberheimer (7): fue nexo, conexión, alfiler de gancho..unió a los de arriba y eso que el alboroto del juego no le permitió hacerse más del balón…la claridad de un manantial…
Javier “Eber” Polo: jugó mucho tiempo cronológico pero poco futbolístico para ser juzgado: más claro echale agua. Como un avión…va siempre, marcha atrás…jamás.

El podio…
1º El Pulpo
2º Niño
3º Balatti

La Redacción comunica a sus lectores que se esta por implementar nueva tecnologia para sus informes semanales…promedios anuales, promedios de gol x partido, presencias en el podio, perlas, etc…

Saludos cordiales, La Redacción.

Por, Martín Yantorno

jueves, 3 de noviembre de 2011

Hambre



Con la poca ropa que tenés caminás buscando tu alimento. Hace frío pero tu piel ya no lo siente. Te das cuenta por la nieve gris a los costados de la calle. Esa calle que ahora es tu casa. Y la noche que ahora es tu día. Tu voz incontrolable es como un lamento que vaga en la oscuridad. El hambre es lo único que te mueve. Si tenías un nombre lo olvidaste hace tiempo. Un tiempo que tampoco podés precisar porque tu pasado es como una nube densa y lejana y oscura que muy de vez en cuando se disipa.  
Tenés hambre y querés arrancar los pedazos de carne y sentirlos en tu boca. Quizá es por eso que se alejan. Y que otros te atacan con antorchas y escopetas y pánico. Y que hasta algunos no te ven o fingen no verte. Con el tiempo aprendiste que el mejor momento para el ataque es la noche. La noche es cuando más caminás. La noche te protege. Y ahora es de noche y estás en una plaza y hay alguien que no te ve o finge no verte. Te acercás arrastrando las piernas con los brazos abiertos y en alto. Las muñecas levemente inclinadas dejando que los dedos caigan. Caminás como una marioneta sostenida por una invisible mano gigante. La boca abierta y chorreando baba. El cuerpo helado como la temperatura ambiente. Y el hambre. Lo peor de todo es el hambre. Eso es lo que te domina y descontrola. Lo tenés ahí parado y de espaldas. Tu cuerpo se arrastra en silencio. Tu garganta no emite ningún sonido que pueda ahuyentar a la presa. Cuando tus manos lo toman por sus hombros tu boca se abre y suelta el grito que venía censurando. Pero la presa es rápida y no entendés cómo pero caés de boca al suelo. Desde esa perspectiva podés ver los pies del hombre alejándose por la plaza a toda velocidad.    
Al rato tu cuerpo se levanta otra vez. Siempre se levanta otra vez.  
Seguís vagando por la noche. Lo malo de no comer es que cuanto más hambre tenés más fuerte gritás. Y si gritás ellos te escuchan y se alejan. Y entonces las que se acercan son las máquinas recolectoras. O los cazadores. Ahí es cuando tu cuerpo huye y tenés que esconderte. Y entonces no comés. Es malo no comer. Sabés que tenés que comer para seguir. El cuerpo te lo pide y por eso se mueve solo. Es desesperante pensar por vos mismo y que tu cuerpo no responda. Al principio te volviste loco pero después te acostumbraste. Eso sí te lo acordás. O al menos lo sentís. Es raro. Los recuerdos a veces afloran como sentimientos de angustia o hambre o dolor. Chispazos de recuerdo son. Aunque hay días donde te acordás de todo y querés volver a ser el dueño de tu vida. Pero las ganas duran poco. Ahora hay una división entre cuerpo y mente. Un abismo que separa. Una división irreconciliable como el día y la noche. Y aunque no querés tu cuerpo se mueve solo. Y cuando vas gritando por la calle en la noche ellos te escuchan desde sus casas y bajan las persianas y vuelvan al famoso programa de los striptease benéficos. Todavía podés recordar cómo te calentaba ese programa. Pero ahora estás frío. Muy de vez en cuando te vienen recuerdos tan nítidos como el del programa de los striptease benéficos. Tetas redondas y bailes y luces. La gente llamando desesperada para ganarse el premio en efectivo y de paso ayudar. A veces tu cuerpo deja de caminar y recordás y con el recuerdo creés dominarte. Pero cuando te querés seguir acordando ya te largaste a caminar otra vez entre negocios que cierran con doble cortina de metal. Entre restaurantes y bares y cines que tienen estacionamientos privados. Porque todos se mueven en sus autos con blíndex y avanzan por las avenidas autorizadas y monitoreadas. Las otras calles son oscuridad y silencio. Ya casi no se ve gente de noche. Sólo suicidas o saqueadores o ese grupo de los que no ven o fingen no ver. Hay veces que los suicidas salen a mitad de la noche echándose a correr por las calles desnudos. Gritan buscando una muerte que ellos creen liberadora. Por lo general son fanáticos religiosos que buscan morir para vivir en nosotros. Es así cómo le dan sentido a sus vidas. Los escuchaste decir eso más de una vez mientras los tenías en el suelo desnudos y entregados. Y tu cuerpo comía sin importarle nada. Pero vos escuchabas. 
Ahora hace mucho que tu cuerpo no come. Te das cuenta por los gritos que salen de tu boca. Ya ni recordás lo que es arrancar un músculo y masticarlo durante un rato.
A veces pensás en la muerte para que todo acabe de una vez. Ojalá fueras como los suicidas. Al menos ellos deciden. Pero vos ya no podés decidir. Ya no sos dueño del cuerpo que te contiene y entonces no tenés más que acompañar mientras el otro camina buscando desesperado su alimento. Ojalá pudieras pararte delante de una de las máquinas recolectoras. Sabés que te entregarías con absoluta fe. Eso si pudieras dominarte. Porque en realidad cuando tu cuerpo percibe el sonido eléctrico de las máquinas comienza a huir. Y ahí el grito no es de hambre sino de miedo. Aunque no sabés si las máquinas son seguridad de muerte y liberación.
En realidad ya no sabés nada.
 En tus noches más optimistas creés que en algún momento alguien podría llegar con la cura. Pero cada vez estás más seguro de que no habrá nada de eso. Te duele pensar que no hay salvación. Y que nadie va a llevarte a un hospital. Para qué si los muertos están muertos. Además con todos los que son saldría más caro que una guerra. Por eso la gente vive de noche en sus casas mirando los striptease benéficos.
Y vos en la calle.     
No recordás casi nada de tu vida pasada. Sólo estímulos como la repulsión o la atracción hacia algo. Impulsos que obviamente no dominás. Tampoco recordás bien cómo empezó todo. Tenés una idea cada vez más lejana. Como una pesadilla difícil de olvidar pero que tarde o temprano se olvida. Y entonces no queda otra cosa que el sentimiento del miedo. Lo que sí recordás es que un día te levantaste del suelo y había gente mirándote. Y vos querías explicarles que estabas bien y que no se preocuparan. Pero querías hablar y te salía una voz llena de un odio que desconociste. Ellos se alejaban caminando de espaldas sin dejar de mirarte. El miedo de ellos era tu miedo. Te acercabas y se alejaban. Hasta que alguien disparó con todo el odio de su arma y caíste al suelo otra vez y vos y todos pensaron que era el fin. Pero no. Tu cuerpo se levantó solito. Hubo otro disparo. Y otro. Y querías llorar de tantos disparos y tanta violencia. Pero en vez de llanto te salían gritos infectados de odio y violencia. Crecía el miedo de ellos y crecían tus gritos de odio.
Seguís arrastrando los pies por el asfalto húmedo. Tenés los zapatos rotos y la ropa hecha girones pero no te importa. No sabés cómo es tu cara porque hace rato se prohibieron los espejos en la ciudad. Comenzaron a prohibirlos cuando una noche alguien vio su propio reflejo en la lejanía y corrió para finalmente estrellarse contra su propia soledad. 
Seguís arrastrando tu mugre y tu hambre y tus heridas que jamás van a cerrar. Bajás por un boulevard de casas antiguas. Un empedrado resbaloso. Un calle envuelta en brumas. De tanto pensar no te diste cuenta cómo llegaste hasta ahí. Ni cómo ni por qué. A lo lejos alguien se mueve. El hambre pone en guardia a tu cuerpo que camina con dificultad por el empedrado. Bajás la calle sin emitir ni un sonido que te delate. Estar al acecho es lo único que calma tus gritos. Tu boca chorreando saliva y los brazos en alto. Una violencia y un hambre infernal te mueven. Doblás la esquina y ves la casa de dos pisos con ladrillo a la vista. Por una de esas ventanas del segundo piso solías mirar hacia la calle mientras los autos pasaban en la noche. Pero ya no pasan autos. Por ahí sólo desfila esa bruma densa y el silencio. Y ella. Ella que ahora intenta abrir la puerta de madera verde que vos mismo pintaste. Se le caen las llaves al suelo. Las junta y ves cómo tiemblan sus manos. Te estás acercando. Se da vuelta y te mira y grita un nombre.  
Cuando te querés acordar del nombre tu cuerpo ya se abalanzó sobre ella. Mordés con furia su cuello. Al principio tus dientes resbalan sobre su piel fría. Nunca es fácil el primer mordisco. Ella se queda quieta. Es como si se dejara. Y entonces mordés más fuerte y tus dientes rompen al fin los tejidos. La sangre caliente se esparce por toda tu boca. 
Ella llora. Se deja.
Y le pasás todo tu dolor. Tu dolor y tu hambre y tu muerte.   

Por, Jose Supera


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Y se va la primera...

Esa pregunta se cuela
entre los dos se desliza.
La Dejaste entrever de tu boca,
Se te escapa, 
te desboca.

 Y sin quererlo,
Me pone en jaque mate

Pero quiebro el silencio y enroco
Se me escapa ,
me desboco.
ágil, todo aclarado,
Contesto,
Parece acabado.

sin embargo; 
queda girando una duda,
Se te escapa ,


nos desnuda...

Por, Ximena Correa

miércoles, 26 de octubre de 2011

Francis Scott Fitzgerald


Me dieron ganas de subir algo de este bestial escritor americano. Bebedor incansable. Abanderado de la Generación Perdida, apasionado de la juventud, despilfarrador nato de su propio talento, construyó su podio en lo mas alto de la literatura simplemente por decirle a la gente que él sentía lo mismo que ella.
Siempre preocupado por dejar al mundo en manos de jóvenes maravillosos que hacen cosas jóvenes y maravillosas. Su increible memoria para los días de la infancia y la juventud, su conmovedora tristeza por todo aquello que era irrecuperable.
Acá va un fragmento:
"...Ahora tenemos apretado el cinturón una vez mas y ponemos la expresión de
horror adecuada cuando volvemos la vista hacia nuestra desperdiciada juventud. A veces, sin embargo, hay un rumor fantasmal entre los tambores, un susurro
asmático en los trombones que me devuelve a los primeros años veinte cuando
bebíamos alcohol de madera y cada día, y en todos los aspectos, nos hacíamos
mejores y mejores, y hubo un primer intento abortado de acortar las faldas, y
las chicas parecían todas iguales con sus vestidos suéter, y personas que uno no
quería conocer cantaban: Yes,we have no bananas, y parecía solo cuestión de unos pocos años el que la gente mayor se hiciera a un lado y dejara que el mundo lo
manejaran quienes veían las cosas como eran- y todo eso nos parece rosado y
romántico a nosotros que entonces éramos jóvenes- porque no sentiremos tan
intensamente lo que nos rodea nunca más".



O estas palabras finales ante la muerte de su amigo y escritor Ring Lardner:


"...Este no es el momento de recordar los aspectos joviales de Ring. Pero el autor de estas líneas se estaría evadiendo si no contara que cuando era vecino de Ring, hace una década, bebieron juntos un montón y hablaron también un montón de muchos hombres y cosas. Nunca tuve la sensación de que le conocía, o de que alguien le conociera- y no era la sensación de que había mas cosas en el y que estas debían aflorar, sino mas bien de una diferencia cualitativa-;era mas bien como si, debido a una limitación de uno mismo, no se había penetrado en algo aún no resuelto, nuevo e inexpresado. Por eso uno desearía que Ring hubiera escrito sobre una porción mayor de las cosas que había en su mente y corazón.
Un magnifico y buen norteamericano ha muerto. No lo oscurezcamos con flores; acerquémonos en cambio y contemplemos ese delicado medallón, totalmente desgastado por peñas que quizá no estemos preparados para entender. Ring no tuvo enemigos, pues fue bueno, y a muchos les proporcionó consuelo y placer"



Perfección y belleza en cada página.
Por, Agustín A. Sastre

Un día perfecto para el Bananafish




Cuento maravilloso de esos que se pueden leer mil veces y no cansan. Cuento donde muere el profeta, el único que podía darle cinco mil vueltas a cualquiera si quería. Seymour Glass se dispara a si mismo, opta por discontinuar su vida , se suicida a sus 31 años estando de vacaciones en Florida. Quizás pensó que no había forma de no tomarse en serio la vida, quizá pensó que no había vacaciones posibles en ningún lado.
También cumplió, sin quererlo, la sentencia que nos dejó James Dean: “ Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadaver”.
Seymour dijo en una oportunidad que todo lo que hacemos en la vida es ir de un pedazo de Tierra Santa a otro. ¿ No se equivocaba nunca?
Su pasión por el mundo de los niños en contraposición con el mundo falso de los adultos se puede ver claramente en este cuento donde lo mas bonito es su dialogo con Sybil. Acá va:
Sharon Lipschutz dijo que la dejaste sentarse a tu lado en el taburete del piano—dijo Sybil.
—¿Sharon Lipschutz dijo eso?
Sybil asintió enérgicamente. Le soltó los tobillos, encogió los brazos y apoyó la mejilla en el antebrazo derecho.
—Bueno —dijo—. Tú sabes cómo son estas cosas, Sybil. Yo estaba sentado ahí, tocando. Y tú te habías perdido de vista totalmente y vino Sharon Lipschutz y se sentó a mi lado. No podía echarla de un empujón, ¿no es cierto?
—Sí que podías.
-Ah, no. No era posible. Pero ¿sabes lo que hice?
—¿Qué?
—Me imaginé que eras tú.
—¿Has leído El negrito Sambo?—dijo.
—Es gracioso que me preguntes eso—dijo él—. Da la casualidad que acabé de leerlo anoche.—Se inclinó y volvió a tomar la mano de Sybil—. ¿Qué te pareció?
—¿Te acuerdas de los tigres que corrían todos alrededor de ese árbol?
—Creí que nunca iban a parar. Jamás vi tantos tigres.
—No eran más que seis—dijo Sybil.
—¡Nada más que seis! —dijo el joven—. ¿Y dices «nada más»?
J.D.Salinger




Por, Agustín A. Sastre

martes, 25 de octubre de 2011

Catch your dreams before they slip away


Catch your dreams before they slip away

Felipe (para Ampi)


Querido Felipe,
queremos decirte que fuiste un muy buen perro,
obediente y no tanto, te escapaste
y volviste muchas veces, pero el jueves,
al cruzar la calle, no miraste.


Y ahora, que no estas mas en este mundo, te vamos
a recordar en cada cosa mordida que nos dejaste, en
el olor de los sillones nuevos donde te gustaba echarte,
y en las flores rotas del jardín que caminaste.


Queremos despedirte y que sepas,
que es muy triste volver a casa y no verte,
que tenemos ganas de ordenar tus desastres,
que acá en City Bell, hay tres que no van a dejar de extrañarte.


Por, Agustín A.Sastre

domingo, 23 de octubre de 2011

Cuando me haya ido



Cuando me haya ido
No habrá lugar para mis recuerdos imborrables
Los veranos se volverán más fríos
Se esparcirán mis restos por todos lados
Y habrá una ley que prohibirá mi nombre

Cuando me haya ido
Aterrizaran aviones por todas partes
No va a importar llegar tarde a ningún lado
Se desplomaran en un segundo todos los miedos
Y habrá una estrella menos en la infinitud del cielo

Cuando me haya ido
Desaparecerán las cabezas rubias de mi pasado
Todo sera conciencia, y se sabrá finalmente todo
Extrañare mucho las mañanas con voz de niña
Y me ahogare en mi orilla para remediarlo

Cuando me haya ido
Se derrumbarán todos los monumentos
Resultaran vanas todas las explicaciones
No importaran los recuerdos, ni las palabras, ni el sufrimiento

Cuando yo ya me haya ido
Habrá un jardín con espacio para todos
Excepto para mí, que estaré muerto.




Por, Agustín A. Sastre